15.4.06

¡Viva la República!

Abril 14, 2006.
Hace poco tiempo lamentaba en este espacio la muerte de esa enorme actriz que fue Ofelia Guilmáin. Pero los muertos nunca se van del todo, se quedan en lo que escriben para darnos la oportunidad de hablar con ellos y cumplir con la visión de Quevedo: “leer es hablar con los muertos”.
En una convergencia de fechas para la memoria, de las que llaman casualidades pero yo entiendo parte de un discurso mayor, he tenido la oportunidad de leer en estos días El retablo rojo, que Carlos Pascual escribiera a partir de conversaciones con Ofelia Guilmáin (Editorial Océano, 2006).
Mera casualidad o fragmento de un discurso inexplicable también es que el destino de esta nota sea publicarse precisamente el viernes 14 de abril, setenta y cinco años después de la proclamación de la República Española. Una fecha fundamental en la vida de la Guilmáin, que tiñe, con la consecuente guerra civil y sus batallas como guerrillera teatral, de color rojo a las páginas de su Retablo. Como las tiñe de color morado la bandera de la República.
Es una fecha fundamental también para mi propia vida. Quince años antes de que yo naciera, se proclamó una República Española que sería vencida por la barbarie fascista, pero que continúa erguida y limpia hasta hoy delante de la historia. Como hijo de un exilio que trajo a mi padre y trajo a Ofelia Guilmáin hasta esta tierra de generoso asilo, esta es también mi fiesta y me congratulo de estarla celebrando en compañía de una actriz a la que admiré tanto y de la que tanto aprendí: hace casi cuarenta años estaba yo con ella sobre el escenario, jovencísimo comparsa, en el Macbeth que montó el director de la escuela, mi maestro Solé, en el Teatro Xola.
En “Mariana Pineda vivió en mi casa”, capítulo dedicado a su madre y a la proclamación de la República, narra lo siguiente:
“Fue abrupto el final de mi infancia. Mi vida no se fue decantando suavemente hacia la adolescencia y hacia la juventud. Una noche me fui a dormir siendo niña y al día siguiente me levanté siendo mujer. Todo fue tan rápido, tan intempestivo. Y mi infancia, mi paraíso perdido terminó, no con el inicio de la guerra civil sino con la proclamación de la Segunda República española, en 1931...
“--Bordo esto --me dijo mi madre sacando de entre el delantal lo que antes había escondido--: es la bandera de tu nueva patria --y me mostró un largo lienzo con tres franjas de colores: rojo, amarillo y morado.
“El día que Manuel Azaña ondeaba triunfante la bandera republicana, ondeaba la bandera que mi madre, durante las madrugadas, había bordado a escondidas de todos. A partir de entonces en el Ateneo de Madrid, a mi mamá la llamaban ‘la Mariana Pineda’.”
El retablo rojo comienza, sin embargo, con recuerdos de años más tarde:
“Era la huida final. El año, 1939. El lugar, Figueras, en el norte de España. Sí, ahora lo veo con más claridad. Por orden del Ministerio de Instrucción Pública, algunos miembros de las compañía del Teatro de Guerrillas, junto con otros tantos milicianos y no pocos civiles, estábamos siendo evacuados ante la ofensiva de los franquistas.”
Iba a cruzar sola la frontera rumbo al campo de concentración. Sus dos hermanos quedaban en el Frente de Madrid y aún no sabía que morirían, y su madre ya estaba en Francia. Ofelia llegaría a México para hacer una carrera brillante, sin olvidar nunca España, ni la República, ni la guerra. En sus memorias intercala la historia de aquí con la historia de allá, de aquellos años juveniles, de guerra, y de esperanza en la justicia republicana que naciera un 14 de abril de hace ya 75 años. Aquí no dejaría de ser guerrillera del teatro y nunca perdió su color republicano. En un párrafo lo confiesa:
“Yo, en el teatro, siempre he pedido que mi vestuario sea de color morado. Todas mis reinas, mis heroínas, mis villanas, mis locas y mis alcahuetas, todas, han vestido de morado pues así llevo por el escenario el color de la República española...”
Lanzaba siempre desde su escena, aunque fuera en silencio, el grito que hoy, a 75 años de proclamada, muchas de nuestras gargantas están lanzando: ¡Viva la República!